El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace
Escritor original: Katherine Smith
Traducido por: Katie Cantone
Al perder el Commonwealth Cup [un campeonato de fútbol americano] por decimaquinta vez consecutiva, muchos aficionados de los Cavaliers sufrieron. La gran emoción antes y después del partido tiene sentido: Virginia Tech (Tech) históricamente ha sido nuestro mayor rival. Incluso los comentaristas habían sugerido antes que el resultado del partido era impredecible, lo que señala un cambio bajo el #NewStandard [estándar nuevo] de la época del entrenador Mendenhall que habría sido considerado casi imposible hace pocos años.
Sin embargo, después de que trágicamente nuestro equipo de fútbol americano dejará caer el balón durante el tiempo extra causando nuestra derrota definitiva, vi indicaciones de una tradición incómoda del atletismo de la U.Va. [Universidad de Virginia]: los chistes de mal gusto y/o burlas contra los alumnos y ex alumnos de Tech. Aunque entiendo que hay un lugar para el chachareo entre instituciones rivales, muchas de las bromas hechas a expensas de Tech revelan lo peor de nuestra Universidad y no la suya.
Al desplazarse rápido por Twitter después del partido, se puede ver que los sospechosos habituales aparecen en los comentarios. Abundan bromas sobre la inutilidad de un título de Virginia Tech, la presunta endogamia de los árboles genealógicos de la población estudiantil, las cualidades de “redneck” [campesino blanco] y la falta de prestigio nacional de Tech. Además, también hay una tendencia a ostentar la presunta grandeza de nuestra Universidad: nuestros 25 títulos nacionales, nuestro ranking como una universidad pública bandera y nuestra baja tasa de admisión, que actualmente se queda sobre el 28 por ciento.
Por supuesto está bien tener orgullo de tu universidad, pero también hay límites. Lo que se presenta en particular cuando los estudiantes de la Universidad avasallan a Tech es un sentido de superioridad y privilegio que francamente exhibe lo peor de nuestra comunidad. Al burlarse de los alumnos de Tech y llamarles “redneck” y “basura blanca”, el mensaje real es que los estudiantes que no vienen de antecedentes privilegiados o de la élite cultural no pertenecen en nuestra Universidad. Los mismo se aplica a las burlas contra el presunto alumnado simplón y atrasado de Tech. Si lees entre líneas, este lenguaje significa que alumnos de antecedentes así no son bienvenidos aquí.
El clasismo y el privilegio que permean las burlas de nuestro alumnado reflejan nuestros valores en su peor momento, cuando están bajo presión y heridos por la vergüenza. En estos momentos, vemos la verdadera naturaleza de nuestra comunidad cuando sufrimos la pérdida, y el resultado es poco favorecedor. Sin embargo, a la vez la mayoría de nuestro alumnado parece apoyar las iniciativas para la diversidad y para aumentar el acceso a la Universidad para los alumnos que de otra manera no tendrían la oportunidad de venir aquí.
Si éste sea el caso, si nuestra comunidad sinceramente quiere tener una Universidad mejor y más holística, tenemos que abordar la ironía de menospreciar a los alumnos de Tech mientras que animamos la inclusividad en nuestra Universidad. Aún más, necesitamos ser honestos sobre cómo nuestras burlas contra estas comunidades pueden disuadir a los alumnos potenciales de aplicar. ¿Por qué ir a una escuela que no te valora, donde eres la raíz del chiste?
Sí que tenemos algunos hitos que merecen la pena celebrar, como las estadísticas recién reportadas de la admisión temprana, que muestran aumentos grandes en los aplicantes minoritarios y de la primera generación que son los primeros en asistir a la universidad en sus familias. Sin embargo, si queremos cultivar un alumnado diverso, tenemos que ser conscientes de la imagen de nosotros mismos que proyectamos al mundo. La inclusión solamente significa que una persona es bienvenida aquí. Las bromas insípidas que hacemos contra los alumnos de Tech indican lo contrario.
Lentamente estamos trabajando para reescribir la narrativa de la Universidad, que todavía rememora un pasado doloroso para muchos estudiantes actuales. Sin embargo, no podemos ignorar el dolor que causamos en el presente. El paso hacia la celebración de toda la diversidad en Grounds nos obliga a comunicar claramente a los alumnos potenciales y actuales que su presencia en nuestro espacio universitario nos hace mejor. Además, la inclusión de estas comunidades dentro de la nuestra significa que nuestra Universidad crecerá y cambiará positivamente por su membresía.
Lograr cambiar esta narrativa sobre nosotros mismos depende de un cambio de la manera de que hablamos de nuestros rivales. Burlar a Tech puede ser un pasatiempo Universitario para algunos, pero mientras continuamos con las burlas, el verdadero chiste se trata sobre nosotros.
Katherine Smith es una columnista superior de opinión para The Cavalier Daily. Puede ser contactada por correo electrónico a k.smith@cavalierdaily.com.