El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace
Escritor original: Mario Rosales
Traducido por: Christine Siu
Creo que 99 de cada 100 personas dirían que preferirían tomar clases en Charlottesville en vez de en casa, incluso si fueran virtuales. Después de estas primeras semanas de clases, he dividido mi tiempo uniformemente entre ambos, así que aquí está mi evaluación honesta sobre vivir y aprender en ambos lugares este semestre, además de algunos consejos para las clases en línea.
En casa, mi vida era generalmente más fácil. Específicamente, mi vida estaba libre de distracciones. No hubo tentación de textear a mis amigos y hacer planes para pasar tiempo en el Lawn o para hablar con mis compañeros de cuarto sobre lo que estamos procrastinando. Incluso mientras me siento en mi habitación escribiendo esta columna, mi mente vaga hacia pedirle a un par de amigos que se reúnan para cenar más tarde.
Como resultado, las clases en línea parecen más fáciles de asistir en casa, ya que pocas veces tenía algo más para hacer aparte de trabajar. Esto me lleva a mi primer consejo: para mejorar tu enfoque durante las lecciones de Zoom, guarda tu teléfono fuera de la vista. Cuando puedo ver mi teléfono incluso en la esquina de mi ojo durante las conferencias, pensar mandar mensajes de texto a amigos o revisar las redes sociales me llenan la cabeza, desviando mi atención de la lección. Noté una tremenda mejora en mi nivel de atención durante ambas lecciones, sincronizadas y asincrónicas, cuando no podía ver mi teléfono.
Esto también me lleva a mi siguiente consejo: no procrastinar. Clases en línea y lecciones asincrónicas hacen que la procrastinación sea demasiado fácil. Es importante resistir la tentación de no hacer nada para no estar cinco lecciones detrás en su clase de historia. En mi mente, la procrastinación consiste en tomar una decisión sobre si trabajar o no. Todo el mundo procrastina hasta cierto punto, y por lo general, todo el mundo elige eventualmente trabajar en algún momento, así que deja de perder el tiempo y haz esas tareas de estadísticas ahora en lugar de a las 2 a.m. de la mañana.
La vida en Charlottesville es un poco más estimulante, pero ¿qué pasa con los riesgos para la salud? Bueno, una ventaja importante para vivir en casa es que el riesgo de estar expuesto a COVID-19 es significativamente menor. Después de haber pasado por una cuarentena mientras estaba en Grounds, definitivamente puedo decir que no poder salir de mi habitación en absoluto, excepto para usar el baño y sacar comida del refri, fue suficiente para hacerme desear que estuviera de vuelta en casa. Vivir en casa otorga cierto nivel de seguridad y certeza de no enfermarse, eliminando un grado de ansiedad asociado con el riesgo de exposición y, posteriormente, tener que estar en cuarentena.
Otra desventaja de la vida en Charlottesville es el aumento de responsabilidades. Tener que comprar comestibles, cocinar comidas y lavar platos son todos inconvenientes relativos a vivir sin tus padres. Ahora, eso no quiere decir que tener responsabilidades en tu vida sea algo malo, de hecho, tener más responsabilidad es probablemente algo bueno para el desarrollo personal. Sin embargo, el aumento de estas responsabilidades aleja más tiempo del estudio y del tiempo "libre", por lo que lo considero una desventaja de vivir en Charlottesville.
En un esfuerzo por recuperar este tiempo libre, he comenzado dos hábitos. El primero es despertarme más temprano. No necesitas tomar cálculo para entender que puedes obtener más tiempo de tu día simplemente con estar despierto más tiempo en un período de 24 horas. Despertar antes me da más tiempo para terminar las tareas antes de la clase y así tener más tiempo libre más tarde cuando lo quiera.
El segundo hábito es establecer metas pequeñas que me obliguen a trabajar de manera más eficiente. Por ejemplo, me obligaré a terminar una tarea o una lectura antes de poder almorzar. Al hacer la finalización de la tarea un requisito para poder almorzar, creo un fuerte incentivo para mí mismo para hacer mi trabajo. Sé que parece bastante raro, pero funciona para mí y planeo continuar con este hábito durante el semestre.
Aparte de menos tiempo libre y más responsabilidades, ¿cuáles son las ventajas de vivir en Charlottesville? Esa es la pregunta más fácil de toda la semana: amigos. Ninguna cantidad de FaceTimes y mensajes de texto podría reemplazar la experiencia física en persona de vivir con mis amigos de nuevo después de no verlos desde marzo. Parte de un inconveniente para vivir en casa fue perderse, o al menos el miedo de perderse a pesar del hecho de que realmente no hay mucho de que perderse.
Mientras estuve en casa, sentí cierta infelicidad y descontento por la falta de la experiencia social que normalmente esperaría al comienzo de un semestre. Sin embargo, al regresar a Charlottesville se resolvieron la mayoría de estos sentimientos. A lo largo de esta columna, he tratado de enumerar algunas ventajas significativas y tangibles de vivir en casa, no puedo olvidarme del tiempo de calidad que puedo pasar con mi perro, también. Pero en comparación con las ventajas de ver amigos y simplemente estar en Charlottesville otra vez, esos beneficios se sienten sin propósito ahora. Así que no hay sorpresa aquí, me gustaría elegir la vida en Charlottesville más de la vida en casa 10 de 10 veces, incluso durante una pandemia.
Mario Rosales es un columnista de Life para The Cavalier Daily. Se puede contactar por life@cavalierdaily.com.