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La desinformación en las redes sociales afecta desproporcionadamente a las comunidades hispanohablantes, según un estudio

Esta desinformación correlaciona con las tasas de vacunación contra COVID-19

El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace

Escritora original: Haylee Ressa

Traducido por: Chelsea Edwards e Isabella Sheridan

Un estudio descubrió que redes sociales muy utilizadas para comunicación en las comunidades hispanohablantes, como Whatsapp y Facebook, han creado desinformación por proveer información menos fiable en español. El estudio también encontró que la propagación de la desinformación en español se correlaciona con tasas de vacunación más bajas en las comunidades Latinx — con la excepción de Charlottesville. 

Avaaz, una organización sin fines de lucro, investigó el número de publicaciones en Facebook que contenían información errónea y que tenían una bandera de advertencia para alertar a los espectadores de que el contenido era falso. El estudio descubrió que, en español, el 70 por ciento de las publicaciones de Facebook que contenían información errónea no tenían una bandera de advertencia. En inglés, por su parte, sólo el 29 por ciento de las publicaciones no llevaban una bandera. 

Esta brecha puede hacer que la información objetiva sobre temas de salud sea más difícil de encontrar en español que en inglés. Un estudio de investigación publicado por el Centro Nacional de Información Biotécnica descubrió que sólo el 22 por ciento de los sitios web en español cubrían fielmente y completamente los elementos de varias enfermedades, en comparación con el 45 por ciento de los sitios web en inglés. 

La Profesora Adjunta de Radiología, Dra. Juliana Bueno cree que este problema va más allá de la barrera del idioma y se debe en parte a una barrera cultural con los profesionales médicos. 

“Creo que la comunidad hispana tiene una práctica centrada en la unidad familiar”, dijo Bueno. “Se basan más en lo que otros les dicen, en lo que sus familias hacen como unidad y en lo que hace la comunidad. No tenemos una representación óptima de médicos que puedan hablar el idioma o que puedan relacionarse con sus experiencias culturales, así que todo eso contribuye a la desconfianza en las fuentes médicas que encuentran”.

Nelson Santana, profesor asistente y bibliotecario de desarrollo de colecciones en el Colegio Comunitario de los Bronx, atribuyó esta desconfianza a la historia de discriminación en la asistencia médica contra la gente Latinx. Santana ha enseñado cursos de estudios culturales, centrados específicamente en América Latina, así como de noticias falsas.  Santana mencionó específicamente la campaña de esterilización del gobierno de los Estados Unidos y Puerto Rico entre los años 1930 y 1970, cuando casi un tercio de la población femenina de Puerto Rico fue esterilizada a la fuerza. 

“Hay personas que han vivido esto personalmente [y] hay personas que son hijos de personas que han vivido esto personalmente”, dijo Santana. “Parte de cuando reciben cierta información, que es información errónea, es que también se la están poniendo. Están pensando en estos otros eventos trágicos que han sucedido dentro de sus propias comunidades, entonces esto se agrava y hace aún más difícil que la gente confíe en el gobierno”.

Los efectos de desinformación causado por compañías de medios sociales han sido amplificados gracias a la pandemia de COVID-19, desempeñando un papel importante en la decisión de mucha gente a recibir la vacunación. Según los Centros de Control de Enfermedades (Centers for Disease Control), solo 17,1 por ciento de gente Hispana o Latinx en los Estados Unidos han sido administrada una o más dosis de la vacunación. Esto se compara al promedio nacional de 62,7 por ciento. 

Bueno dijo que muchos mitos circulan sobre el efecto negativo de vacunas de COVID-19 en la salud desempeñan un papel en el hueco en tasas de vacunación dentro de la comunidad Latinx. 

“Pienso que la desinformación sobre los efectos secundarios y los problemas alrededor de la vacuna han contribuido”, dijo Bueno. “Se remonta a la disparidad en atención médica de minorías poco representadas. Pienso que si esa disparidad ha sido aumentada por la pandemia y por la disponibilidad de recursos, entonces sólo perpetúa la disparidad, y eso es lo que vemos ahora”. 

En Charlottesville, sin embargo, esa disparidad es mucho más pequeña. A partir de junio, el 60 por ciento de las personas Latinx en el condado Albemarle han sido administradas una o más dosis de la vacunación. Alrededor de este tiempo, alrededor de 70 por ciento de toda la gente en el condado Albemarle han recibido una dosis. 

La tasa alta de vacunación de la gente Latinx era apoyada en parte por el trabajo de la Iniciativa de Salud Latina de U.Va. (U.Va Latino Health Initiative), que sirve el 5,8 por ciento del condado Albemarle que es hispano o Latinx. Nacionalmente, el 18,5 por ciento de la población de los Estados Unidos es hispano o Latinx. 

Estudiante de cuarto año de Medicina Daniel Rounds dijo que la Iniciativa de Salud Latina trabajó distribuyendo información de la vacuna a la comunidad Latinx a través de su página de Facebook. Rounds es un líder estudiantil en la Clínica Latina, la camaradería de la Iniciativa de Salud Latina con la Clínica Gratuita de Charlottesville (Charlottesville Free Clinic). 

“Cuando la vacuna se convirtió disponible, realmente nos enfocamos en llevarlo a los propios barrios y tener voluntarios eficientes que hablaban español, para que fuera realmente culturalmente competente”. Rounds dijo. “Tener esa experiencia positiva y tener el alcance de U.Va. realmente yendo a la comunidad donde es accesible más o menos creyó un efecto dominó”. 

Este efecto dominó es una explicación de por qué la tasa de vacunación de la gente Latinx en Charlottesville es una de las más altas entre grupos étnicos en Virginia. 

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