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EDITORIAL: la retórica peligrosa no merece plataforma

No se justifica la expresión que amenaza las vidas de aquellos que viven en Grounds

El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace

Escritor original: Editorial Board

Traducido por: Maria Aguilar y Marina Peebles

Bueno, aquí vamos de nuevo. La Universidad no es ajena a la controversia en torno al tema de la libertad de expresión. El año pasado, una estudiante fue acosada después de colgar un letrero criticando a la Universidad en la puerta de su cuarto del Lawn. Esto provocó un debate sobre el tema de libertad de expresión, el cual regresó durante el otoño cuando un evento titulado “en defensa del Sr. Jefferson” recibió una respuesta negativa al intentar glorificar a un esclavizador quien abusó de la mano de obra negra para construir la Universidad. Tan solo el mes pasado la Sociedad Federalista organizó un evento sobre el tema del aborto y fue criticada por ser unilateral y haber presentado a un orador transfóbico. Recientemente, una estudiante de la Universidad estuvo en periódicos nacionales después de lamentar el estado de la libertad de expresión en la Universidad. La mayoría de las veces, el derecho a la expresión fue defendido con las intenciones de asegurar la diversidad intelectual. En estas instancias, nosotros, miembros del consejo editorial, nos encontramos cuestionando que debería ser protegido bajo la premisa de “diversidad de pensamiento,” y aún más importante, que valores son aceptados en Grounds. Para nosotros, la respuesta es simple. La retórica de odio es violenta, y esto no es permisible.

Una organización estudiantil anunció recientemente su plan de recibir al ex vicepresidente Mike Pence este abril para dar un discurso en Old Cabell Hall. Según Pence, las parejas homosexuales significan el “colapso de la sociedad”, las vidas negras no importan, los inmigrantes y la gente transgénero no merecen ser protegidos y la pandemia no debe ser tomada en serio. Sin embargo, la Universidad ha aceptado la visita de Pence, diciendo que es una “oportunidad para escuchar y relacionarse con líderes y expertos de una amplia variedad de campos y perspectivas”. Estas supuestas “perspectivas” no deberían ser bienvenidas cuando difunden retórica que amenaza de manera directa la presencia y las vidas de miembros de nuestra comunidad. Las personas LGBTQ+ que Pence ha atacado, las vidas negras que se niega a valorar y las historias exitosas de inmigrantes que él y el expresidente esperan prevenir, estas personas son nuestros compañeros, nuestros vecinos y miembros de nuestra comunidad. Nos negamos a justificar darle una plataforma a Pence.

El silencio de la Universidad es ensordecedor. Sin embargo, el silencio no debe ser confundido con la neutralidad. Guardar silencio frente a aquellos como Pence es una decisión que, en este caso, pone en riesgo las vidas de aquellos en Grounds a quienes Pence amenaza a través de su retórica y sus políticas. Esconderse detrás de un sentimiento que celebra la interacción con "líderes y expertos de una amplia variedad de campos y perspectivas" es socavar activamente los valores de diversidad, honor, integridad, confianza y respeto que la Universidad pretende celebrar. El silencio ante un político homofóbico, racista y transfóbico solo deja lugar a tales “perspectivas” en nuestra Universidad.

Si bien la parada de Pence en la Universidad puede ser parte de una serie de conferencias, es innegable que su presencia significa algo fundamentalmente diferente aquí que en otros campus universitarios. Pence planea “tomar una posición a favor de la fundación de Estados Unidos”. Dada la historia reciente, esto debería hacer sonar campanas de advertencia. Hace cuatro años, cientos de supremacistas blancos acudieron en masa a Charlottesville para expresar sus creencias racistas y violentas. Mientras descendían por el Downtown Mall en una manifestación violenta y mortal, debemos recordar: su primera parada ese fin de semana fue aquí. No podemos olvidar este hecho: el primer lugar en el que los supremacistas blancos se sintieron cómodos para expresarse fue a través de una marcha iluminada con antorchas en nuestros Grounds. Seamos claros: debemos considerar seriamente el entorno que deseamos tolerar. No olvidemos que durante cuatro años, Pence sirvió junto al hombre que llamó a esos mismos supremacistas blancos “gente muy buena”. La presencia de Pence en Grounds significa una tolerancia de la retórica que ya ha dañado a nuestra comunidad; de hecho, el mismo edificio en el que hablará Pence se construyó para ocultar a los ciudadanos negros a fin de no perturbar el paisaje de Grounds. Aunque el lenguaje de Pence posiblemente no será tan abierto como la supremacía blanca expresada durante los eventos del 11 y 12 de agosto, todos debemos estar preocupados por el mensaje que su retórica podría implicar que aceptamos.

Simplemente, existe una dicotomía flagrante entre los valores que tienen Pence y la Universidad. Una vez que la supuesta política se convierte en transfobia, homofobia y racismo, ya no son meras creencias políticas, sino más bien intolerancia que amenaza el bienestar y la seguridad de los estudiantes en Grounds. El Consejo Editorial de The Cavalier Daily no aprueba la plataforma de un individuo que no solo niega la existencia de nuestra comunidad diversa, sino que también participa en la retórica violenta que perpetúa el daño contra estos individuos. A nuestra administración: le imploramos que haga mejor. Proteja a sus estudiantes. A nuestros compañeros y miembros de la comunidad, en particular a aquellos que se han visto afectados negativamente por Pence, estamos con ustedes.

El Consejo Editorial del Cavalier Daily está compuesto por el Editor Ejecutivo, el Editor en Jefe, los dos Editores de Opinión, su Asociado Principal y un Columnista de Opinión. Se puede contactar a la junta en eb@cavalierdaily.com.

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Ahead of Lighting of the Lawn, Riley McNeill and Chelsea Huffman, co-chairs of the Lighting of the Lawn Committee and fourth-year College students, and Peter Mildrew, the president of the Hullabahoos and third-year Commerce student, discuss the festive tradition which brings the community together year after year. From planning the event to preparing performances, McNeil, Huffman and Mildrew elucidate how the light show has historically helped the community heal in the midst of hardship.